La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de
A Coruña ha condenado a un traumatólogo Fernando A. a abonar con 23.750 euros a una paciente como consecuencia de los malos resultados del tratamiento de una fractura de Colles en la muñeca izquierda, quedándole como secuela la inmovilidad articular de la misma.
La Audiencia considera que el perito judicial presentado por la demandante «dejo suficientemente claro», que la discreta desviación se pasó, en la primera consulta, a otra situación peor, consistente en un desplazamiento clarísimo, por el yeso flojo, que permitía la movilidad de los huesos afectados por el traumatismo, en una fecha en la que el callo todavía era moldeable y, se habría podido llevar la fractura a su sitio. En la segunda consulta del traumatólogo demandado la situación era todavía peor, como lo demuestra el hecho de que, cinco días después, otro médico le diagnostico una luxación radio cubital.
En definitiva, se concluye que, aunque se puede estar de acuerdo con el modo de proceder en abstracto en casos de fractura de Colles, en estas circunstancias concretas, el traumatólogo no actuó bien.