El TSJ gallego consideró que “careció de toda lógica haber mantenido al paciente en “observación” durante vario días, cuando el cuadro clínico de diverticulitis estaba absolutamente claro desde su primer ingreso”. Como consecuencia de la demora diagnóstica, la diverticulitis devino complicada y se produjo la perforación del colon y peritonitis asociada. El paciente permaneció durante más de un año con una bolsa de colostomía abierta e importantes repercusiones a nivel laboral.